Mi primer ultramaratón: La locura más auténtica vivida

Me invitaron a realizar un “fun run” llamado “26.2 y Algo Más”. Se trata de un ultramaratón de 50 kilómetros (31 millas), cuyo nombre se refiere a que se recorre más de lo que es la distancia oficial de un maratón (26.2 millas o 42 kilómetros).

Running Piñones
Mi primer ultramaratón en un «fun run».

En mi mente no cabía hacer una distancia tan retante como esa por simple diversión. “Esta gente está loca”. Pensaba que si no era en un evento oficialmente organizado, entonces, tanto esfuerzo no tendría valor. Estaba equivocada.

La diferencia de un evento oficial, además de tener un costo, es que suele tener un mecanismo de inscripción, un cronómetro oficial, una ruta demarcada con la cual, mayormente, se cierran calles.

 

26.2 y Algo Más - running ultramaratón
26.2 y Algo Más – Ultramaratón. (Creado por Pedro Meléndez Cabrera)

Aunque estas 26.2 y Algo Más no tendrían esas características, hay que recalcar que sí tienen una organización que asegura el bienestar de los participantes en orientación, motivación y oasis.

Un ultramaratón gratuito, sin auspiciadores, con un enfoque más humano y nada comercial. Queda claro que el evento resalta la pura pasión del “running” y del reto personal.

El pensamiento y la duda, ¿Un Ultramaratón?

Todo comenzó con un pensamiento fugaz que fue publicado: “No he entrenado, nunca he hecho un ultra maratón, ¿lo hago o no lo hago?” Era la pregunta que quedó latente y que la mayoría de las personas me respondieron: ¡Sí!

Tomé la decisión y comencé a trabajar las estrategias durante esa última semana antes del evento. Sabía que, aunque hubiese corrido muy pocas millas en los pasados meses, tenía la ventaja que me brinda la experiencia como corredora y maratonista.

Estrategia 1: Pre carrera – Preparación mental, artículos a usar, vestimenta e hidratación.

Estrategia 2: Plan de carrera – Correr continuo hasta la milla 16 en un paso muy cómodo para mí. De regreso, combinar correr y caminar relajadamente. Disfrutar el entorno.

Llegó el día: Sin dormir y la adrenalina a tope

Me acosté a la 1 am de la madrugada por un asunto familiar pero antes de las 3 am, ya tenía los ojos abiertos y la adrenalina a tope. No lo pude evitar, me levanté y fui a correr con menos de 2 horas de sueño.

Tan pronto llegué al área del Castillo San Felipe del Morro (el Morro), me encuentro a quien sería mi “partner” de ruta: el señor Ismael Rodríguez. Nada planificado; simplemente estaba allí como un angelito. Ismael, es del pueblo de Las Marías y lo conozco porque hemos coincidido corriendo, uno al lado del otro, en diversos eventos por la Isla.

Runners ultramaratón Puerto Rico
El grupo en la madrugada, antes de salir. (Foto: Armando Vengoechea)

La salida fue cerca de las 4:40 am; se intenta salir a las 4:30 para ganarle un poco al sol durante las primeras millas. Tras la salida, todo comenzó según el plan trazado; llevábamos un ritmo cómodo de 9:55 la milla, aproximadamente.

Parte de la estrategia era disfrutar el entorno, así que me convertí en una guía turística y le iba explicando todo, en la ruta, a mi compañero de Las Marías. Iba muy distraída y disfrutando en lo mío: el turisteo. Se sentía un ambiente de mucha motivación y estábamos felices.

Running Punta Las Marías
El trayecto costero urbano y turístico. Punta Las Marías.

¿Qué veíamos mientras corríamos?

¡Que Puerto Rico es hermoso! En el trayecto de este ultramaratón cruzamos por imponente zona histórica; área turística y sofisticada; vida nocturna; playas; aeropuerto; y lo mejor, el bosque costero de Piñones. A todo esto, cruzamos por 3 pueblos: San Juan, Carolina y Loíza. Vimos el amanecer y el océano cambiando de intensidad.

Piñones, Loíza
Paisajes paradisíacos de la ruta.

Cuando llegamos al área de Piñones, cerca de los primeros negocios de comida y bebida (cerrados a esa hora), lamentablemente, nos topamos con una basura que preferimos ignorar para concentrarnos en la belleza del paisaje que había más allá.

La aventura silvestre de Piñones

Running tablado Piñones
Recorriendo el tablado del Bosque de Piñones

Atravesar por pequeños tramos de arena que, naturalmente, estaban en la ruta, nos dio ese toque de aventura completamente auténtica. Ya en el tablado de Piñones (mi parte favorita), la aventura continuaba sintiendo el rebote de cada pisada propia y la de los compañeros cercanos. Había que estar pendiente de algunas tablas sueltas y varias rotas. Nos decíamos, en broma, que el evento nos incluía “obstáculos” pero, realmente, lo pasábamos sin problema, al son musical de las tablas.

Running tablado Piñones
Parte de la aventura del tablado de Piñones.

Me parecía emocionante adentrarse en un bosque de pinos, y luego rodeados de mangle, conectándonos con un entorno natural costero que nos alejaba de la ciudad.

A mitad de camino - uniciclo
Oasis de la bandera. Armando recibiendo al participante en uniciclo.

Entonces, llegamos a la mitad, a la bandera de Puerto Rico, y eso ya era un triunfo en nuestra encomienda.  Allí nos encontramos un buen grupo de corredores reponiendo energías en el oasis de Armando y llenos de motivación. Entre chistes y palabras de ánimo, ese oasis estaba bien “pompea’o”.

Participants a mitad de ultramaratón
El encuentro con participantes a mitad del evento.

De la mitad a regresar: 15.5 millas (25kms) más

Aun con cierto cansancio, me sentía mucho mejor de lo que esperaba, y el “partner” Ismael estaba en las mismas. Así que, decidimos seguir corriendo y retrasar la estrategia de caminar hasta cuando el cuerpo lo pidiera.

Durante el trayecto de regreso se veía todo diferente, quizás por la iluminación de la mañana, el movimiento de personas y hasta la marea que cambia durante el día. Seguíamos disfrutando el entorno cultural de Loíza, el bosque y la playa.

Pasamos por los oasis poderosos de Pedro y su familia. Nunca había visto unos oasis tan completos: agua, bebida hidratante, sodas, malta, diversas frutas, gels y más.

Oasis ultramaratón
Uno de los oasis poderosos

Luego de la milla 20 me dio un dolorcito indeseado en el intestino, pero todo continuó bajo control, no tuve que ir a ningún baño.

El momento de activar la estrategia 2

Cerca de la milla 22, comenzamos con la 2da parte de la estrategia: caminar y correr. El sol calentaba cada vez más y agradecíamos cada nube que nos aliviaba. También, aprovechamos cada sombra en el camino.

Ya más silenciosos, menos turisteo. Ahora nuestra concentración estaba en darle instrucción a nuestro cuerpo de seguir. Nos convertimos en un equipo, dándonos apoyo, uno al otro, y positivos de que íbamos bien.

Recarcando para continuar. Foto: Pedro Meléndez Cabrera
Recarcando para continuar. (Foto: Pedro Meléndez Cabrera)

La familia de Ismael se convirtió en mi familia también, estuvieron tan pendiente de él como de mí, aun sin conocerme. Cuando menos lo esperábamos, allí llegaban ellos dando ánimos a su runner.

La gratitud por cada persona que se detuvo en el camino es inmedible. Igualmente, los últimos oasis (Happy Fit y la Iglesia INT Isaías 54:2-3 de Vega alta), eran refrigerio de motivación porque cada gesto lo valoramos más que nunca.

Ultramaratón Oasis de Happyfit en Ocean Park
Oasis de Happyfit en Ocean Park (Foto: Amaury Oyola)

La reflexión: Cosa de nosotros con nosotros mismos

Me resultaba divertido pasar por Isla Verde y Condado; ver a la gente llegando a la playa o a reunirse para ver un juego de fútbol (Mundial), y pensar que ninguna de esas personas tenían idea de nuestra hazaña, de que llevábamos casi 30 millas corriendo. Pasábamos por desapercibidos, y me gustó ese juego de sentir libertad  y privacidad, a la misma vez. Esto era cosa de nosotros con nosotros mismos.

Las 2 millas más largas del Universo

Después del último oasis, frente al Sixto Escobar en la Isleta de San Juan, le dije a Ismael: “Ahora viene la parte más dura; estaremos más expuestos al sol, subiremos algunas cuestas y la ansiedad de llegar”. Él asentó positivo como diciendo, “Dale, vamos pa’lante”.

Llegando al Morro ultramaratón
Emoción y ansiedad de estar a un paso. (Foto: Calixto Alfaro Díaz)

Me dolía todo, cada vez que me detenía a caminar, tenía que soltar un grito de dolor. Pero estaba clara de que eso era normal y llegar era la única opción en mi mente; no existía otra cosa. Durante esa última milla tuve que detenerme a vomitar. El cuerpo estaba reaccionando a un momento de cansancio y ansiedad. Ismael, se mantuvo a mi lado, pendiente de que estuviera bien y asegurarse de continuar hasta la meta.

El significado de tocar la Puerta del Morro

Cuando comenzamos el camino que lleva hasta la puerta del Morro, tuve emociones tan fuertes que comencé a avanzar, y avanzar. Una mezcla de adrenalina, ansiedad y alegría. Subíamos, bajo un sol picante y entre mucha gente que ignoraba lo que acabábamos de cumplir.

Morro final de ultramaratón
Llegando al Morro, incrédula y «virá» como la foto.

Llegamos a la puerta del Morro y la tocamos con un puño lleno de orgullo y satisfacción . 31 millas completadas (50 kms). Nos recibieron la familia de Ismael y los amigos que, también, acababan de terminar con éxito su carrera.

Nada más importante que darle un abrazo a mi “partner”, una compañía que fue de Dios. ¡Lo logramos como el mejor equipo!

El mayor valor está en el aprendizaje

Tocando la puerta. Ultramaratón "done".
Tocando la puerta. Ultramaratón, 50kms «done».

Cuando decía que ni yo misma me lo creía, era cierto. ¿Cuánto aprendí de este evento? Más allá de mi experiencia, está la de cada uno de los otros participantes… Cuántas historias, cuánta empatía. Aprendí más allá de lo que hubiese imaginado y como nunca esperado. Valorar más la capacidad de nuestro interior, el tacto humano y la grandeza en la sencillez.

Hay que permitirse vivir nuevos retos, hay que salirse de las cajitas que nos ponemos, salirse de la competencia, salirse de la oficialidad. Permítete sensibilizarte con el entorno y con los demás, hay más que explorar, hay más que vivir…

Certificado Ultramaratón 26.2 y Algo Más
¡Certificado de mi primer ultramaratón completado!

Lo que encontré en este evento que no me esperaba:

  • Libre

Que no sea un evento formalizado, no hay calles cerradas, ni protocolos y te sientes libre de ir por la acera o calle como si fuera cualquier día que saliste a correr como loco.

  • Urbano

Saliendo desde la vieja ciudad, bordeando la costa más urbana de Puerto Rico, con sus detalles interesantes.

  • Turístico

La zona turística más transitada de Puerto Rico, incluyendo el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín (en Carolina).

  • Aventura

Naturaleza, arena y tablado  que le brinda un toque más silvestre y aventurero.

  • Diversidad de entornos

Zona histórica, zona turística, zona residencial, playas, cultura y naturaleza.

  • Oasis Poderosos y amistosos

No faltaba nada…

  • Familia

Evento que destaca la familia porque el «staff» se componía de familia, y muchos familiares estaban apoyando a los participantes durante la ruta.

 

Actividad especial (pos-evento): Entrega de medallas

Los que completamos el ultramaratón, fuimos convocados a una actividad especial de entrega de medallas, un mes después del evento. Se realizó un «run» simbólico de, aproximadamente, 3 millas. Luego, tuvimos una emotiva entrega de medallas. Allí, pudimos conocer las impresionantes historias de cada participante presente; nos las vivimos y nos identificamos. Hubo empatía y sentimiento.

Ultramaratón - entrega de medallas
Algunos de los «finishers»que pudimos compartir en la entrega de medallas. (Foto: Marilyn Martínez)

¿Alguna vez, has tenido curiosidad de saber cuál es la historia motivadora detrás de cada corredor? Yo sí, y este fue uno de esos momentos que nos inspira a sensibilizarnos más, y a darle más significado a nuestra pasión por correr.

Premio de medalla ultramaratón
Feliz con la «mega»medalla del evento. (Foto: Pedro Meléndez Cabrera)

¿Has tenido alguna experiencia similar al hacer un evento?

Si nunca has realizado un ultramaratón, ¿Te lanzarías?

7 comentarios en “Mi primer ultramaratón: La locura más auténtica vivida”

  1. Pedro Melendez Cabrera

    Gracias por este gran escrito. Me llenó de mucha gratificación hacer este evento; No oficina junto a mi amigo Armando Vengoechea y toda nuestra familia. Quiero darle gracias a Dios porqué pone en nosotros el hacer y el tener esa atención que todos deberíamos apreciar por los seres humanos. Gracias a mi esposa, familia en general y a todas nuestras amistades que nos dieron la mano por tantos años. En mi mente quedara esos grandes momentos vividos en este gran reto que se llamo 26.2 y algo mas… Ultramaraton. 2014-2019. Gracias, gracias, gracias….

  2. Myriam Cabrera Diaz

    Interesante por demás tu articulo. Me recordaste ciertos argumentos que todavia esgrimo en relacion con esta carrera. Indudablemente es un evento para attletas de gran remdimiento. Sin embargo para gente como Yo, que solamente completo la ruta en auto, continua siendo cosa de «locos». Sin embargo reconozco que es parte de lo que llamamos: amor al deporte. Les encanta esa alza en su nivel de adrenalina. Siempre el deporte será la mejor alternativa y una excelente forma de mantener una buena calidad de vida. Los felicito a todos.

    1. Jajaja, sí, creo que sigue siendo cosa de «locos» pero hay locuras buenas y de aprendizaje. Gracias por el apoyo que demuestras, eso vale un mundo para todos. Eso es así, sigamos promoviendo la buena calidad de vida. Gracias.

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