«Lo último que hubiese creído es que correr sería tu mayor pasión…» Me sorprendieron esas palabras de mi mejor amigo de “high school” cuando hablábamos hace unos días. Ambos éramos atletas en la escuela («fracatán» de años atrás).
Él era de los que llegaba en los primeros lugares siempre; yo, por el contrario, casi siempre lloraba de frustración después de llegar “botada” en las carreras. Eso podría ser razón suficiente para que cualquiera pensara que yo no quisiera saber más nada del deporte.
Me enseñaron que sólo se corría para competir
En aquel entonces, no existía esta fiebre del “running” como se vive hoy día. En la escuela se corre para competir, eres representación de un equipo cuya meta es ganarle a los demás. Eso de correr por salud o por gusto, era una minoría de personas que iban a ejercitarse a los parques, pero no solían participar en carreras pedestres.
Mi propósito era el mismo de todos, ser mejor corredora para lograr buenas posiciones en las competencias. Yo entrenaba todas las tardes al salir del colegio. Claro, los entrenamientos que nos daba el maestro eran simples y creados para estudiantes en desarrollo, no eran profesionales.
La presión que uno se pone al correr puede ser auto-dañina
Esos días de entrenamiento, yo los disfrutaba. Unos más, otros menos. Lo que no me gustaba era la presión que sentía en mí. Me ponía muy nerviosa por querer correr mejor de lo que podía, por sentir que le fallaba a mi equipo y por no llevarme ninguna gloria. Me bajaba la autoestima, porque, por más que practicara, no era lo suficientemente buena para ganar.
Aun con la frustración, nunca paré de correr. ¿Por qué? Además de que me apasionara en mi interior, me motivaba saber que siempre iba mejorando a mi propio paso.
Comprender que no se trata de competir, sino de vivirlo como parte de ti y tu estilo de vida
En aquel entonces no entendía que correr era parte de quien soy, que era mi estilo de vida. Esos términos no existían en mi vocabulario aún. Pero luego de salir de todos los ámbitos competitivos, incluyendo la universidad, entre altas y bajas, ahí fue que lo comprendí:
Que yo no tenía que limitar mi vida de corredora por no ser la mejor, que yo podía seguir disfrutando lo que me gustaba, y ser competitiva sólo cuando lo deseara ser.
La ventaja de una nueva visión global para el «running» nos abrió las puertas individuales de disfrutarlo más
Recuerdo cuando comenzaba a surgir esta nueva ola de corredores sociales y no, necesariamente, competitivos; los que van por gusto, salud y hasta moda colorida . Escuché a muchos de la vieja escuela que criticaban la movida. Quizás lo veían como falta de seriedad al deporte, o sin sentido, pero yo me emocionaba porque representaba apertura, oportunidades y libertad para mí, y para todos.
Durante un proceso de años, descubrí que yo amaba el «running», más no la competencia como tal. Aunque, llevo en mi desarrollo una vena competitiva, que me impulsa, porque sí, la tengo. Pero estoy clara de mente que no es mi razón, ni mi dominio. Por eso, la aprovecho como motivación para retarme y dar algo mejor de mí.
Dile no a la vergüenza y disfrútalo como bienestar individual
No hay que sentir vergüenza, ni que presionarse a tratar de correr como élite, aprovecha cada segundo de tu «running» y disfrútalo. Si quieres mejorar, está excelente, pero no lo hagas por comentarios ajenos, ni permitas que eso afecte tu plenitud. Al final, no te pagan por eso (al revés), tu lo haces por un bienestar individual.
Después de todo, ¿Cuánto he ganado por correr como quiero?
Tuve un largo periodo de transición para vivir, plenamente, mi pasión por correr y todo lo que representa en mi vida activa y aventurera. Fueron muchos años de luchas, enojos, frustraciones, pero también de grandes recompensas y aprendizaje en mi sacrificio.
No entendí esto de la noche a la mañana, pero siempre seguí mi corazón. ¿Cuánto he ganado desde entonces? Desde el ámbito físico, social, aventurero, emocional y mental, la ganancia no tiene medida porque es infinita. Y siempre seguiremos aprendiendo…
¿Cuál es el verdadero valor de hacer este deporte? ¿Cuánto has ganado?
Excelente!!! Muy bonita y motivadora. No se trata de ser el mejor ante los demas, si no de sentirnos mejor con nosotros mismos. Eso fue lo que a mi también me ayudó y por lo que empece a correr. Nunca imaginé convertirme en corredora. Es una buena oportunidad para encontrarnos con nostros mismos y dejar miedos e inseguridades que muchas veces son lo que nos limitan a intentarlo.
¡Exacto Yarelis! Ese es el valor que descubrimos. Lograr sensibilizarnos y aprender de lo que vivimos en nuestra experiencia corriendo. A seguir por más!
La verdad que he ganado mucho. Gané salud (mi colesterol bajo dramáticamente, mi peso también), gané amistades las que valoro inmensamente. Gané conocer lugares que jamas en mi vida pensé visitar (Madrid, Berlín, Francia, Suiza, Italia). Gané autoestima, la cual no era mi mejor cualidad. En fin, ha sido bien beneficioso en mi vida.
¡Excelente! A eso me refiero, es tanto más allá del simple hecho de correr. Gracias por compartir tu experiencia. 😀