Parto maratónico de una runner

Mi parto maratónico: más largo de lo esperado y más que bendecido

“Tu vas a escupir a esa bebé”. Así me decían muchos refiriéndose a que expulsaría a la bebe fácilmente en el parto y sería rápido gracias a mi condición física deportiva. Y es que mucho se dice de que hacer ejercicio o, al menos, ser una persona activa desde antes del embarazo, beneficia en el momento de dar a luz.

Vida activa embarazada
Correr como estilo de vida me benefició durante el embarazo.

La realidad es que tener una buena condición física y saludable tiene diversos beneficios en el embarazo, alumbramiento y recuperación pero no garantiza un parto rápido, ni fácil. Eso varía en cada mujer y de acuerdo a las diversas condiciones en las cuales se desarrolla el embarazo. Hay mujeres que no hacen ni pizca de ejercicio pero tienen un parto bueno y rápido, mientras que habemos otras, deportistas, a quienes se nos presentan complicaciones que bien pudieran terminar en una cesárea.

Primero: Un embarazo feliz y saludable

Embarazo feliz
Disfruté un embarazo lleno de energía

Mi embarazo fue muy bueno. No tuve mala barriga (sólo algunos malestares del estirón de barriga durante los primeros meses).  Luego que los hematomas del primer trimestre desaparecieron y tuve el visto bueno para ejercitarme; corría, caminaba y lo disfrutaba al máximo. Estaba llena de energía, participé de varias carreras y no me detuve en mi actividad física. Sin hacer caso a comentarios negativos. Todavía parece ser algo fuera de lo normal pero fue mucho más el apoyo recibido.

Running embarazada
Corriendo el 10k de Patillas con 6.5 meses de embarazo

Nos pasamos del “due date”: La decisión de parto

Llegamos a la semana 40, el “due date” y ninguna señal de parto. Ya ese 15 de marzo tan esperado “se fue con los panchos”. Mi ginecóloga nos indicó que yo tenía las condiciones ideales para parir. Así que podíamos esperar unos días más para ver si me iba de parto naturalmente.

40 weeks
Así llegó la semana 40 – el día estimado de parto.

Pasaron 1, 2, 3, 4 días y nada.  Intenté cuanto remedio casero había para ver si alguno me ayudaba a irme de parto. Al final, ya lo tomamos de broma, porque ninguno funcionó.

Tomando Té de hoja de raspberry
Tomando té de hoja de raspberry, uno de los tantos remedios para adelantar parto.

Así que, luego de varios días, fuimos recomendados a una inducción de parto. ¿Por qué?  Nuestra bebé era considerada un “prime baby” al ser un primer hijo de padres “mayores” (mamá 39 años y papá 41 años). También, la bebé ya mostraba ser grande y seguía creciendo. Esto podría dificultar el parto y aumentar otros riesgos. Siempre le había tenido terror a la inducción pero nos tocó decidirlo.

Comienzo del parto

chequeo embarazo
Chequeo final rumbo a la semana 41.

Dos días antes de cumplir 41 semanas, el miércoles 20 de marzo, fuimos citados a las 5:00 am para la inducción.  Nos asignaron la sala de parto y comenzó el proceso. Creí que ese día nacería mi “ Pisaditas” pero nos equivocamos porque la dilatación se quedó en 3 centímetros (se debe llegar a 10 para el parto). Tenía contracciones molestosas pero llevaderas. La doctora decidió que descansáramos esa noche para, en la mañana siguiente, ir al próximo nivel: Romper fuente. Claro está, que no podía descansar con los dolores de contracciones que iban y venían.

A la 1:00 am, entró la doctora anunciando que adelantará el proceso, aprovechando que tuvo que madrugar por otra paciente. Yo dije: “Ok, mejor, terminar antes”. A esa hora, la doctora me rompió fuente y aquí sí que sí, ya comenzaron los verdaderos dolores de parto. Estos dolores eran a niveles no conocidos, ni en la menstruación ni de ninguna manera.

Mi hermana Astrid y mi pareja Alfredo llegaron a acompañarme y apoyarme durante el parto.

 Doula y un equipo de apoyo

Varias personas me habían recomendado que tuviera a una “doula” para asistirme durante el parto. Una doula es una persona capacitada formalmente para acompañar, guiar y apoyar a la embarazada durante el parto (antes y después). Aunque busqué algunas informaciones y tenía ese deseo de tener una doula, nunca me decidí por contratar a alguna. De todos modos, mi deseo fue cumplido espontáneamente como regalo de Dios.

Apoyo parto
El «team»de apoyo sobrepasó mis expectativas (Foto con la mano de mi hermana)

Unas semanas antes, la instructora de nuestras clases de parto nos comentó: “Ojalá, les toque parir un jueves porque es el día que voy con mis estudiantes a dar apoyo en la sala de parto” del hospital que nosotros estaríamos.

Cuando llegué a la semana 40 era un viernes, así que nunca pensé que, efectivamente, llegaría al próximo jueves para parir. Pero sí, no parí en mi primer día en sala de parto y llegué al jueves. Estando allí, sin esperarlo, entró nuestra instructora con sus estudiantes a dar apoyo durante mi parto. Mi deseo fue cumplido, la asistencia de doula llegó a mí.

Entre lo complicado y la Fe

Mientras me incrementaban las contracciones, la dilatación continuaba lentamente. La bebé no ejercía la presión necesaria sobre el útero porque había un espacio vacío entre la cabeza y el útero. Esto causó que la dilatación se complicara y que mi cuello uterino se comenzara a inflamar. Me dieron medicamento (Demerol), supuestamente, para aliviar el dolor pero no me aliviaba nada. Más bien, me causaba un mareo bastante intenso.

en parto
Momento más doloroso

Al inflamarse el cuello uterino, el parto se hacía más complicado. La situación daba indicio de que tendría que realizarse una cesárea y así lo mencionó la doctora. Me dieron la instrucción de no pujar para aliviar al cuello uterino y que no se inflamara más. Pero la verdad es que las contracciones me hacían pujar naturalmente y no podía evitarlo. Yo no estaba forzando el pujo, al contrario, me esforzaba para tratar de no pujar, lo cual era peor.

De aquí en adelante, ya sólo era cosa de tener fe. Nuestras familias y seres cercanos estaban en oración y la fe fue clave para que la doctora decidiera seguir el parto vaginal, aunque fuera más complicado.

Un “party” en la sala de parto

La sala estaba llena: la doctora, tres enfermeras, la profesora con sus dos estudiantes, mi hermana y Alfredo. Todos tenían un rol en el parto. Me sostenían las piernas,  me hablaban y guiaban con las respiraciones, los pujos y palabras de aliento. A su vez, la doctora nos dirigía. Fueron cansadas horas, de fuerza y mucho dolor. Podía sentir mi buena resistencia para pujar todo lo que fuera y mucho más, el cansancio no me dominaba pero el dolor se me hacía casi insoportable. Aun así, me sentía muy confiada y súper apoyada en todo el proceso.

Lo más que recuerdo es cuando la bebé comenzaba a asomar su cabeza, todos gritaban de celebración en la sala. Sentía que estaba en medio de un “party” lleno de emociones. Luego fue saliendo el cuerpecito, y la celebración fue mayor. Desde la 1:00 am hasta las casi 11:00 am, fueron 10 horas de dolor intenso .Ya no lo podía ni creer, pero fue cierto, mi «Pisaditas» comenzó a llorar intensamente.

Yo estaba hinchada, mareada y horrorosa pero que importaba, sólo ansiaba que me la pusieran en brazos. La tuve, gordita y pelúa, parecía tener dreads por la misma placenta que aun quedaba en su cabeza. Fueron 8.4 libras y 20 pulgadas de largo.

 

amamantando lactancia
Amamantando a mi bebé

Enseguida, me ayudaron a pegarla a mi pecho para darle su primera amamantada. Unos minutos después, un corillo de gente se unió al “party” en sala de parto. Era nuestra familia, que estuvieron esperando, orando y celebrando por la llegada de nuestra hermosa bebé.

Comienzo de otra etapa

Increíblemente, tanto dolor quedó en nada, solo cansancio y muchas emociones. Ya comenzaba otra etapa totalmente nueva y repleta de aprendizaje.

Pisaditas newborn
Pisaditas

Tuve un parto fuerte, duró unas 34 horas y no escupí a la bebé como me decían pero se que mi condición física me benefició en fuerza y resistencia, incluyendo la mental, antes, durante y después del parto. Mi recuperación física fue muy rápida.

La doctora describió mi parto como un maratón, y que mejor descripción le pueden dar a una maratonista, literalmente. Pero este maratón no tiene comparación… Me giró la vida desde ese día en adelante. Ahora, seguimos el nuevo trayecto con nuevas pisaditas en nuestras vidas.

piecitos
Pisaditas

4 comentarios en “Mi parto maratónico: más largo de lo esperado y más que bendecido”

  1. Que bonita historia. Todo mi respeto por aguantar esas largas horas de parto. Yo tendré a mi bebé a finales de Julio y me encantaría poder partirla de forma natural . Muchas gracia x compartir tu historia! Saludos desde Colombia. Attn: @livingwandrea

    1. Gracias Andrea, muchas bendiciones para ti y bebé y que todo salga como lo deseas. Al final, lo más importante es que estén saludables. tanto tu como tu bebé. Espero saber de ti.

  2. Wao! Creo que fue un riesgo innecesario para ti y la nena! No entiendo porque no te hizo cesárea! De verdad!!peronada que bueno que todo salió bien!!

    1. Pareciera haber sido riesgoso por lo trabajoso que fue, pero la realidad es que yo no estuve en riesgo fuera de tener un dolor terrible, mis signos vitales estaban bien, yo quería seguir intentando y tenía las fuerzas aun, la bebé se estuvo monitoreando siempre y sus latidos estuvieron super bien en todo momento. Eso sí, la Doctora tuvo que esforzarse mucho más y tardarse el tiempo que tomó en ayudar a que la bebé bajara y sacarla luego. Muchos doctores optan por la cesárea mucho antes de tener que pasar tantas horas y en muchos casos no es necesaria. Mi recuperación fue increíblemente rápida, a diferencia de las cesáreas, que además causan adherencia de órganos. Así que gracias a Dios que sí, que todo salió bien!

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