Running en mi barrio de Carolina

Fui turista, running en el barrio donde me crié

Correr en el barrio donde nos criamos pudiera parece lo más lógico y cotidiano del mundo. Quizás sea común ver personas corriendo por el área en donde residen. Pero puedo creer que son muchos los que nunca han corrido por las calles de su infancia.

Niña en el barrio de crianza
Mientras me criaba, runner aventurera en proceso

Gran parte de runners comienzan en este deporte durante la adultez. Posiblemente, viven en un lugar diferente al de su niñez o adolescencia. Otros, aunque sigan en el mismo lugar, suelen transportarse a sitios particulares para hacer sus entrenamientos, o para reunirse con sus “partners” de equipo. Claro, siempre hay excepciones de quienes han re-corrido sus calles toda su vida. No fue mi caso, y se que no es el de muchos otros amigos.

Repasando episodios

Recientemente, estuve refugiada en mi hogar de crianza, en Carolina, para pasar el huracán María y estar en familia. Tres días después del huracán, la ansiedad me hizo ponerme los tenis y salir (como loca) a correr por el barrio en donde me crié. En ese momento se comenzaron a revolver diversas emociones de nostalgia. Fue entonces que pude remontarme a tantas memorias de las calles que, antes, solo transitaba en patines o bicicleta; en donde jugaba guillotina, “tira y tápate” y “chico paralizado”.

Running en Carolina
Mientras corro, me lleno de memorias

Ciertamente, estaba corriendo por un lugar especial mientras repasaba episodios de mi vida de manera espontanea. Cuando crecemos y continuamos con nuevas responsabilidades, solemos desconectarnos de esa base que es nuestra crianza. En esta ocasión, me di la oportunidad de ir con una conciencia diferente.

Presté atención a mi entorno y me entretuve comparando como se ve todo hoy, y como lo veía antes. No hay mejor forma de tener esta experiencia que ir «a patitas» corriendo con la intensidad de tu propia respiración.

Las escapadas sin permiso…

Los escondites y las maldades…

Los juegos en las calles…

Los caminitos solitarios…

los techos brincados…

Los olores…

La tiendita de dulces y la casa de los límbers…

La casa «embrujada»o misteriosa…

Los personajes del barrio, los que están y los que ya no…

Turista en mi propio barrio

Por primera vez, me sentí turista en mi propio barrio, una turista que disfrutaba de un recorrido como nadie. Me crié con Julia de Burgos en todo mi entorno e identidad. Mientras corría bordeando un parque, me topé con esos versos, que ya conocía, grabados en una pared:

“¡Rio Grande de Loíza!… Alárgate en mi espíritu y deja que mi alma se pierda en tus riachuelos…”

Río Grande de Loíza por Julia de Burgos. Grabado.
Río Grande de Loíza por Julia de Burgos. Grabado.

Y, por supuesto, mientras vas en esta trayectoria, aparece alguien que te reconoce y te saluda con un grito familiar: “¡Weeepa!, tanto tiempo.” “¡¿Todavía sigues corriendo?!”

Corro desde mi adolescencia. Así que, el reencuentro con los viejos runners y sabernos que seguimos con esta pasión, es una alegría solidaria que solo nosotros entendemos.

Salir del “automatic mode”

Aunque los runners, solo necesitamos un par de tenis  y salir a correr, no siempre se siente la comodidad ni la seguridad para hacerlo desde cualquier lugar (incluyendo esos sectores  que identificamos como nuestro barrio de siempre).

Cuando se corre, se suelen tener rutinas y lugares específicos para realizar el deporte. A veces vamos casi en un “automatic mode” por esos circuitos que ya nos conocemos mejor que la palma de nuestra mano. Otras veces, exploramos rutas a través de las carreras o de los lugares recomendados por otros runners. Algunos más aventureros aprovechan sus estadías turísticas para recorrer lugares nuevos, como áreas costeras o montañosas.

Pude haber recorrido el mundo, pero cuando me fui a recorrer mi barrio, que no es más que una zona residencial de urbanizaciones y avenidas en el pueblo de Carolina (Puerto Rico), tuve una conmoción única.

Running en mi barrio de Carolina
Running por el barrio en donde crecí

 

Correr por el lugar en donde te criaste es como ser turista y sentirse en casa a la misma vez. De esas experiencias que ni pensamos en llegar a disfrutar tanto.

Si no lo has hecho, ¿Te lanzarías a la aventura? Porque después de todo lo que parece el lugar más cotidiano se puede convertir en toda una Aventura.

 

4 comentarios en “Fui turista, running en el barrio donde me crié”

  1. ¡Hola, Nairi! Me acabo de topar en este escrito y me alegró mucho. En diciembre del 2017, tres meses después de María, llevaba unos dos años fuera viviendo en NYC, y en mi viaje de navidades a PR me quedé en la casa de mi abuela en Guayama donde me crié. Dos de sus hermanas viven siete casas más abajo y otra vive en la calle del lado, es donde la familia ha vivido desde los 1930’s y cuidado si más. Así de incrustado está el barrio en la vida de mi familia.
    En mi caso comencé a correr de adulto y jamás había corrido esas calles hasta que una mañana durante ese viaje me fui a correr como 4 millas por el barrio donde crecí y, como bien dices, fue una experiencia de volver a encontrarme con tantas memorias que ni recordaba que tenía. Fue como un «recentering», como restablecer mis fundamentos, lo que es realmente importante para mí, para mi vida. Ver desde una nueva perspectiva de dónde vengo, a donde he llegado (ese noviembre había corrido mi primer maratón-el maratón de NYC) y, en retrospección, no me imaginaba los retos y momentos de felicidad que me esperaban. Sí, suena cliché, pero es una experiencia que todos deberíamos tener aunque sea una vez en la vida. Gracias por compartir la tuya, un abrazo.

  2. Europa Piñero González

    Recuerdos de cuando crecías en una urbanización de Carolina. Me parece verte en el columpio de la foto y tu mami en el balcón miràndote.

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